Como gotas de lluvia resbalando por un cristal
atrapados estamos sin lugar donde escapar.
Caemos junto a nuestros hermanos muertos
para volver a nacer de ojos en los sueños.
Aun los brazos de los suelos yermos,
no son suficiente para lograr detenernos,
ni los tallos negros de plantas de coral
que traban el camino para no volver a llorar.
Entonces una mano fría te toma y recoge,
esa mano amiga que hace que de ti una joya brote.
Una piedra brillante que sabes que no se rompe,
y el dueño de esa mano solo quiere que se le nombre.
Como lágrimas cayendo de los ojos de un amigo,
a veces nublamos la visión y todo parece un abismo.
Como gotas de lluvia resbalando por el cristal,
tan solo caemos para poder volver a empezar
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